viernes, 27 de mayo de 2016

Mi barrio








Recuerdo el olor de la churrería los domingos por la mañana. Recuerdo también pintar con tiza las aceras para jugar a las chapas, los corrillos de chavales cambiando cromos, y los partidos de fútbol  en la plaza del barrio. También recuerdo a los vecinos en la calle sentados en sus sillas, amparados al fresco del anochecer tras una calurosa jornada. La megafonía del camión de la chatarra en busca de algún viejo trasto, o la voz del afilador ofreciendo sus servicios, son sonidos que traen a mi memoria aquellos años de mi infancia; años que ya no volverán.

Al cabo de mucho tiempo, cuando regresé, todo había cambiado. En lugar de la churrería había un bazar, los niños ya no jugaban en la calle ni pintaban con tiza las aceras. El chatarrero y el afilador eran personajes del pasado, algunos vecinos ya no estaban, y los que quedaban tomaban el fresco en sus terrazas. Apesadumbrado, cerré los ojos e intenté evocar aquella época añorada. Al abrirlos, sonreí: un olor a churros envolvía el ambiente, de fondo se oía la voz del afilador, y los niños  volvían a jugar en la calle. Ese si era mi  barrio.

lunes, 2 de mayo de 2016

La nueva amiga







Es como sale mejor; te coloco una almohada bajo la cabeza, separo tus piernas todo lo posible sin forzarlas, observo tu dulce mirada mientras te agarro con suavidad las manos, y me coloco sobre ti juntando nuestros cuerpos. Acabamos de conocernos, pero no es la primera vez que lo hago. Tú sin embargo, eres una recién llegada, aunque con el tiempo llegaremos a intimar y quizá compartamos algo más que la cama, le dijo Mauro. Él se encontraba entusiasmado con su nueva amiga, hasta que de repente vio algo en ella que lo echó todo a perder: Made in China.