sábado, 22 de octubre de 2016

Veinte años








Al otro lado de la ventana luce un sol estupendo. Saldré con mis amigos a dar un paseo y tomar el aire. Charlaremos animadamente y jugaremos al fútbol o al baloncesto. Iremos a comer juntos y después cada uno irá a hacer sus tareas. Emilio trabaja fabricando muebles de madera, a Luis le encanta su trabajo en la lavandería, y a Miguel le aburre dedicarse a la limpieza. Yo, por el contrario, me siento afortunado de seguir estudiando, así que cada día me dirijo a la biblioteca y me sumerjo entre los libros. Hay que tomárselo  con filosofía, aún me quedan veinte años de condena.

lunes, 17 de octubre de 2016

Jugar con fuego






Cuando se  prendieron las cortinas de la cocina observé con detenimiento como las llamas lo consumían  todo; fue duro perder a mi familia siendo tan pequeño. Desde niño sentí atracción por el fuego y todo lo relacionado con él, así que las visitas junto a mi padre al parque de bomberos donde trabajaba eran habituales. De mi progenitor heredé la pasión por su oficio, participando a lo largo de los años en la extinción de multitud de incendios. Apagar fuegos tan devastadores como el de miles de hectáreas de bosque o el de un rascacielos, es agotador. Sobre todo cuando lo provoca uno mismo.

jueves, 13 de octubre de 2016

Vivir por correspondencia


Resultado de imagen de fotos de buzones de correos



Poco antes de que los domingos fueran amargos me sentía muy afortunado, ya que era el día elegido por ella para confiarme sus más íntimos secretos. Contenía en mi interior vivencias de todo tipo, desde romances hasta oscuras confesiones. Sin embargo, con el paso del tiempo todo cambió. Las nuevas tecnologías me relegaron a un segundo plano hasta quedarme solo y apartado. Por fortuna me libré de acabar siendo un montón de chatarra y me colocaron en un museo. Ahora, por fin me vuelvo a sentir un buzón de correos. Incluso a veces me echan alguna carta.