domingo, 31 de julio de 2016

"El pesca"







Herminio pedaleaba con fuerza sobre su vieja bicicleta sin piñones. Corrían los años cuarenta y el negocio de la venta de pescado era duro. Su jornada laboral consistía en recorrer ochenta kilómetros acarreando cien kilos de peces y mariscos. Tanto el cruel invierno como el sofocante calor eran sus compañeros de viaje a través de los montañosos pueblos de Ávila. Herminio prosperó, así que junto a su mujer montó una pescadería en la  ciudad de la muralla. Fue allí cuando comenzó a competir en carreras ciclistas con gran éxito, hasta tal punto que se le conocía por el apodo de “El pesca”.
-¡El siguiente!-gritó el pescadero.

-¡Yo!-contesté con cara de besugo. Me había quedado ensimismado contemplando el cartel que colgaba de la pared de la pescadería,  donde se narraba la historia de Herminio. Su hijo había heredado el negocio familiar y era ahora el que trabajaba con los frutos del mar. El anciano padre ya no estaba allí...”El pesca”, junto a su inseparable bici, seguía pedaleando.